La vida, la de cada persona, la de cada empresa, la de cada organización y comunidad y la de cada nación, transcurre en medio de eventos y de circunstancias, entrelanzándose unas con otras y formando una cadena que ahoga y atrapa a muchos y libera y abre oportunidades a otros, según los modos y maneras de pensar de cada uno. Cada uno desde su yo interior decide y actua. El resultado para unos será el éxito, la prosperidad, la salud, el amor y para otros el desencuentro consigo mismo y la pérdida total de conciencia y significado. Todos construimos nuestos propios caminos, unos más enredados que otros. Todos somos responsables de cuanto somos y hacemos. Nadie puede acusar al otro, de haberle malogrado la vida, porque asi como encuentras los tropiezos también se te ofrecen los momentos de conciencia para que encuentres el camino de nuevo.
Aparecen las crisis y en cada una de ellas encerradas vienen las oportunidades para salir de ellas. Las crisis son los enredos en los que todos quedamos atrapados, y también las oportunidades para aprender a vivir, para corregir los entuertos y salir adelante. Para eso existen las enfermedades, los pésimos gobiernos, las crisis económicas y sociales, expresiones de la pérdida de conciencia y del significado. Para mucho todo se convierte en una mascarada de querer ser unos más importantes que otros, más poderosos, más ricos, más irrelevantes.
La diversidad está compuesta de muchos diferentes, de todos los tamaños, volúmenes, colores y sabores. Hasta ahora nos hemos dividido entre los buenos y los malos. Y hemos simplificado el problema: Los buenos van al cielo, los malos al infierno. Asi de simple. Después aparecieron las ideologías, las sectas, las religiones, las clases sociales para negar lo obvio y meternos por los caminos de las mentiras, de las agendas ocultas, de teorías y posiciones personalistas, y asi agrupar, separar y dividirnos a todos. Asi fue como el diferente quedó excluido. Con la ideología nuestra manera de pensar se hizo simétrica . Se negó la diversidad, el opuesto y la ecología personal, social y ambiental.
La diversidad es un proceso ecológico, natural, orgánico necesario para que entre todas las partes diferentes se organicen las células, los organismos, los cuerpos, los sistemas, las familias, las comunidades, las naciones. Cuando se niega la diversidad, terminamos en la simetría para después tener que acudir a la Guerra, al exterminio, al ecocidio, a la destrucción de todo. Se rompe la ecología, el equilibrio, el orden para afirmar la democracia que por las incongruencias de unos y la viveza de otros se convierte en antidemocracia, en desorden y abuso...algo paradojal. Demócrata-tirano, demócrata- abusador de los derechos de otros, demócrata-manejo del poder son paradigmas de la destrucción de la ecología democrática. Actualmente seguimos atrapados en la Torre de Babel, donde no nos entendemos, ni nos comunicamos, ni reconocemos al otro como complemento, y la diversidad como principio del orden. La autoestima, la ecología, la democracia, nos dan una alternative. No es la ideología, ni el dogma, ni el anathema, ni la inquisición o persecución, lo que necesitabamos. En la Torre de nuestra propia incomunicación todos quedamos atrapados. La paradoja terminó siendo afirmar para negar, negar para afirmar, eliminar al otro para incluirlo. Nadie entiende porque hemos llegado a negar todo para afirmar algo que evidentemente no es verdad. Ahora vivimos para morir y creemos que si morimos vivimos.
Vivimos de lo obvio y negamos lo obvio. Lo obvio es el proceso. Nos escapamos hacia los contenidos, hacia los razonamientos, hacia las afirmaciones que niegan y las negaciones que afirman. El gran tren de muchos vagones se ha salido del carril...ahi van las clases, las especies, las razas, las religiones, las escuelas, las teorias....todas a la deriva, con el mismo derecho, afirmándose unas y negando todas las demás. Por eso implantamos la inquisición, los paredones, las cárceles, los campos de exterminio, los aislamientos, las persecuciones. Espero que algun día tomemos conciencia y descubramos que llevamos varios siglos caminando fuera de los rieles, víctimas de nuestras propias incongruencias y polaridades no resueltas, eliminando a quienes quieren pensar como yo. Ahi está la crisis.
Aparecen las crisis y en cada una de ellas encerradas vienen las oportunidades para salir de ellas. Las crisis son los enredos en los que todos quedamos atrapados, y también las oportunidades para aprender a vivir, para corregir los entuertos y salir adelante. Para eso existen las enfermedades, los pésimos gobiernos, las crisis económicas y sociales, expresiones de la pérdida de conciencia y del significado. Para mucho todo se convierte en una mascarada de querer ser unos más importantes que otros, más poderosos, más ricos, más irrelevantes.
La diversidad está compuesta de muchos diferentes, de todos los tamaños, volúmenes, colores y sabores. Hasta ahora nos hemos dividido entre los buenos y los malos. Y hemos simplificado el problema: Los buenos van al cielo, los malos al infierno. Asi de simple. Después aparecieron las ideologías, las sectas, las religiones, las clases sociales para negar lo obvio y meternos por los caminos de las mentiras, de las agendas ocultas, de teorías y posiciones personalistas, y asi agrupar, separar y dividirnos a todos. Asi fue como el diferente quedó excluido. Con la ideología nuestra manera de pensar se hizo simétrica . Se negó la diversidad, el opuesto y la ecología personal, social y ambiental.
La diversidad es un proceso ecológico, natural, orgánico necesario para que entre todas las partes diferentes se organicen las células, los organismos, los cuerpos, los sistemas, las familias, las comunidades, las naciones. Cuando se niega la diversidad, terminamos en la simetría para después tener que acudir a la Guerra, al exterminio, al ecocidio, a la destrucción de todo. Se rompe la ecología, el equilibrio, el orden para afirmar la democracia que por las incongruencias de unos y la viveza de otros se convierte en antidemocracia, en desorden y abuso...algo paradojal. Demócrata-tirano, demócrata- abusador de los derechos de otros, demócrata-manejo del poder son paradigmas de la destrucción de la ecología democrática. Actualmente seguimos atrapados en la Torre de Babel, donde no nos entendemos, ni nos comunicamos, ni reconocemos al otro como complemento, y la diversidad como principio del orden. La autoestima, la ecología, la democracia, nos dan una alternative. No es la ideología, ni el dogma, ni el anathema, ni la inquisición o persecución, lo que necesitabamos. En la Torre de nuestra propia incomunicación todos quedamos atrapados. La paradoja terminó siendo afirmar para negar, negar para afirmar, eliminar al otro para incluirlo. Nadie entiende porque hemos llegado a negar todo para afirmar algo que evidentemente no es verdad. Ahora vivimos para morir y creemos que si morimos vivimos.
Vivimos de lo obvio y negamos lo obvio. Lo obvio es el proceso. Nos escapamos hacia los contenidos, hacia los razonamientos, hacia las afirmaciones que niegan y las negaciones que afirman. El gran tren de muchos vagones se ha salido del carril...ahi van las clases, las especies, las razas, las religiones, las escuelas, las teorias....todas a la deriva, con el mismo derecho, afirmándose unas y negando todas las demás. Por eso implantamos la inquisición, los paredones, las cárceles, los campos de exterminio, los aislamientos, las persecuciones. Espero que algun día tomemos conciencia y descubramos que llevamos varios siglos caminando fuera de los rieles, víctimas de nuestras propias incongruencias y polaridades no resueltas, eliminando a quienes quieren pensar como yo. Ahi está la crisis.